Con presencia del Presidente de la República, Gabriel Boric Font, se llevó a cabo la destrucción de armas que cada año se realiza con el fin de sacar de circulación estos artefactos. El material fundido será utilizado para construir acero verde.

 A más de 1.600° grados Celsius y en las dependencias de Aceros AZA, se realizó la tradicional destrucción de armas, que año tras año marca un antecedente en la lucha contra el crimen organizado, sacado de circulación estos artefactos. En la actividad se hicieron presente el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, la Ministra del Interior, Carolina Tohá, la Ministra de Defensa Maya Fernandez, los directores de Aceros AZA Jorge Matetic y José Luis del Río, y el Gerente General de la compañía, Herman Von Muhlenbrock.

La iniciativa, que se encuentra alineada con los objetivos de Gobierno, fue valorada por el presidente de la República, quien indicó que “este hito da cuenta de un trabajo coordinado por diferentes instituciones del Estado, que se está llevando a cabo para evitar que las armas circulen sin control y sean utilizadas para delitos violentos. En la lucha contra una delincuencia que hacemos día a día, todas estas instituciones son fundamentales”.

Entre las armas decomisadas en diferentes operativos policiales y las que fueron entregadas voluntariamente, se lograron reunir 17.590 armas, un 29% más que el año anterior, donde se destruyeron 13.668.

La actividad, lidereada por la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), conto con la colaboración de la siderúrgica Aceros AZA, quienes desde 2004, han sido los responsables de la fundición de las armas, que luego las transforma acero verde.

“Son armas que salen de circulación y se transforman en productos de acero, con lo que se asegura que no puedan ser usadas en delitos y en violentar la necesaria paz ciudadana. Este trabajo de destrucción es posible gracias al trabajo experto de todos los que son partes de esta compañía” señaló el presidente del directorio Aceros AZA, Jorge Matetic.

Luego del recorrido por las instalaciones, el Presidente junto al resto de las autoridades fueron testigos de como cerca de 10 toneladas de armas se transformaron en uno de los aceros con la huella de carbono más baja de la industria. El cual, a diferencia del acero que se elabora a partir de la extracción del mineral y no del reciclaje de material ferroso, evita la emisión de 12 toneladas de CO2 (equivalente), ahorra 14 m3 de agua y 36 MW/h de energía.

El evento se enmarca en una de las 10 líneas de la Política Nacional Contra el Crimen Organizado, por lo tanto corresponde al eslabón final de una labor “que requiere de muchos sacrificios y el aporte de la empresa que participa en la destrucción, por lo que es un hito muy importante para los chilenos y chilenas”, sentenció la Ministra del Interior, Carolina Tohá.